Viviendas: algunos se autoescriben el diario de Irigoyen. Y, desde esa perspectiva, se creen lo que ellos mismos inventaron...

Veamos:

- Quien prometió construir 2000 viviendas DURANTE SU SEGUNDA GESTIÓN, fue el oficialismo. No quienes llevamos la cuenta de cuentos cientos de promesas restan cumplir.

- Quien dijo que el modelo arquitectónico y financiero que se debía imitar era el del gobierno de San Luis fue el oficialismo. No la oposición. Nosotros advertimos que era muy difícil replicar un modelo provincial en una ciudad de medianas dimensiones.

 - Quien generó las condiciones de cumplimiento imposible para las empresas locales fue el Ejecutivo, no los concejales de UPC-FPV. Nunca se brindaron argumentos convincentes para tomar esas medidas. Traducidas en el pliego, las votamos en contra. Quien decidió destinar entre el 50 y el 80 % de TODO lo que se recauda por fondos especiales para obras públicas (desde el FOP hasta la sobretasa que se aplica a teléfonos, tv por cable y varios etcéteras) fue el oficialismo. Nosotros dijimos que era demasiado, teniendo en cuenta que, en realidad, se trata de obras destinadas a engrosar el patrimonio privado de los adjudicatarios. Por lo tanto, era (y es) enorme el esfuerzo conjunto (traducido en la ciudad abandonada que estamos viendo) de todos los riocuartenses como para que no se establecieran mayores reservas para otras obras imprescindibles (la planta de desagües cloacales, la solución para los vecinos de Laguna Blanca, etc., etc.).

- Quien pidió que apoyáramos la declaración de política de Estado a la construcción de viviendas fue el oficialismo. Lo aceptamos no sólo porque reconocemos que la gente lo había votado así en abril de 2012, sino también porque la propia Carta Orgánica establece esa prioridad dentro de los esfuerzos del Estado municipal. Es decir, nada nuevo había bajo el sol.

- Quien avaló a IVECOR fue el Ejecutivo, no la Comisión evaluadora. Esta se limitó a decir que la ÚNICA EMPRESA QUE PARTICIPÓ DEL PROCESO LICITATORIO HASTA EL FINAL (IVECOR) cumplió con la presentación de toda la documentación exigida en tiempo y forma. Las otras dos que presentaron sus ofertas luego no ampliaron la información que se les solicitó. Es decir, quien estaba facultado para rechazar a IVECOR por las sospechas que sobre su capacidad económica se presentaron era el oficialismo, no la Comisión (que, por otra parte, estaba compuesta por mayoría oficialista). Además, la única denuncia pública contra la empresa fue efectuada por Unión Popular luego de la que la Comisión terminara su tarea y antes de que el DEM adjudicara la obra a IVECOR.

- Quien aprobó el cambio de metodología de construcción fue el Ejecutivo, no la comisión evaluadora ni la oposición, ni las demás empresas constructoras de Río Cuarto.

- Quien desde el primer momento hizo oídos sordos a todas las críticas a IVECOR fue el oficialismo, no nosotros. Es más, hay publicaciones tanto en medios como en redes sociales donde consta que advertimos que la empresa no estaba en condiciones de cumplir ni tenía antecedentes que avalaran el crédito público que el secretario Pedruzzi le siguió brindando (incluido un viaje a Monte Maíz con “la prensa” para mostrar que “todo marcha según lo previsto”). Fue ese secretario quien insistió públicamente con que la empresa atravesaba “un problema financiero que sin dudas resolverá” mientras disponía adelantarle dinero para “acopio de material”. No fuimos nosotros.

- Quien propuso en el pliego que, al finalizar y cobrar la construcción de las primeras cien casas, IVECOR debe INMEDIATAMENTE CONSTRUIR OTRAS 80 CON SU PROPIO FINANCIMIENTO, fue el DEM. Como esa norma fue aprobada por el Concejo, el propio DEM debe exigir que se cumpla o sancionar a la empresa o resolver el contrato. NO TIENE ALTERNATIVA. No lo decimos nosotros: lo estableció el Ejecutivo en el contrato que firmó con IVECOR.
Fue el Ejecutivo el que dijo que la empresa tiene “acopiado material” para cumplir con el comproimiso citado en el párrafo anterior. Nosotros no vimos ese “acopio” en ninguno de los obradores de Río Cuarto. Si, además, se plantea que ya no se seguirá la misma línea de construcción, si lo “acopiado” está en Monte Maíz, está claro que no servirá para nada. ¿Quién se hará cargo de recuperar el dinero entregado y de cumplir con el compromiso de “adelantar” la inversión prometida?
- Quien dice que la oposición no tiene derecho a controlar el destino del dinero público porque “no votó a favor del plan” no sólo miente. También refleja su escaso compromiso con el sistema democrático y/o con el sentido común. Justamente uno de los roles de cualquier oposición es CONTROLAR al Ejecutivo, aún cuando no comparta sus políticas.

- Quien dice que “nunca nos interesaron los adjudicatarios” también miente. Si no se hubiera aprobado nuestro pedido de que la cuota se reajustara en función del índice de Variación Salarial hoy ese reajuste hubiera colocado a la mayoría de los vecinos ante la imposibilidad de pagar las cuotas. La propuesta del DEM era similar a la que se aplicó con los impuestos y las tasas municipales que se incrementaron más del 50% en el último año.
- Quien dice que “ahora vienen a controlar que los zócalos estén bien colocados” y que “nunca la oposición se interesó por ver cómo se construían las casas” miente. Hemos ido a todas las obras en repetidas oportunidades, estuvimos con los vecinos cuando se les entregó las terminadas a tiempo y seguimos en contacto con los adjudicatarios, tanto los que están dentro de sus viviendas como los que aún esperan que se cumpla con lo prometido.

Por último, si alguien dice que queremos que el plan se caiga para mostrar el fracaso de la actual gestión, o no le llega el agua al tanque o ha perdido todos los escrúpulos. Para demostrar que esta gestión es la peor que tuvieron la oportunidad de elegir los riocuartenses (aunque algún abogado, famoso por sus frases fuera de lugar, se ofenda, jamás voy a decir que un gobierno democrático es igual o peor que uno dictatorial) no hace falta ver qué pasa con el plan de viviendas para señalarlo. De lo que estamos seguros es que el incumplimiento de la principal promesa de campaña ofende a la política en su conjunto, no sólo al oficialismo. Y ello, mientras a nivel nacional (con no poco éxito pero también con unos cuantos fracasos) se ha tratado de reivindicar la política sobre los gerentes, las ideas por sobre los negocios, la construcción de lo colectivo por sobre los beneficios de lo individual o sectorial, implica un retroceso en la conciencia social que llevará mucho tiempo revertir.
Lo tenemos tan claro como que quedan menos de dos años de gestión y falta que se entreguen 937 viviendas de clase media y 980 sociales.


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